Hasta ahora no había publicado nunca música tradicional vasca. Y es que hay poca que me guste. Sin embargo existe un instrumento que siempre ha sido mi debilidad: la txalaparta. La percusión, la sincronía, el ritmo, … y con sólo madera (normalmente).
Hace más o menos un año me invitaron a saludar a Juanjo en su propia casa. Y el mejor recuerdo que me llevé de ese evento fue la actuación de dos hermanas gemelas txalapartaris. Se llaman Sara y Maika. Son bajitas y tienen un aspecto frágil, pero nada más alejado de la realidad. Porque es coger los palos de la txalaparta entre sus manos y transmitir una energía y fuerza impresionante. También es increíble la sincronización de ambas (se nota la complicidad de hermanas), y cómo disfrutan. Se pasaron toda la actuación sonriéndose la una a la otra.
Ahora creo que andan por la India mostrando al mundo nuestra cultura.