En la semana de las recomendaciones, nos vamos del metal al indie pop igual que se cambia de Martes a Miércoles. Gracias a la recomendación de Alba, encuentro una nueva banda a la que seguir de cerca: The Fine Arts Showcase. A la cabeza un sueco afincado en Londres: Gustaf Kjellvander. Y esta perlita del disco Radiola.
Cuando la oí por primera vez en la película «8 citas» tuve ganas de hacer lo mismo que hacían sus protagonistas cuando la escuchaban: cerrar los ojos, chasquear los dedos y balancearme al son de la música, dejando que todo lo que pasaba por mi mente fluyese…
Habla de un amor que fue, de una tarde bajo un cielo escampado y, tal y como él dice, de una chica preciosa pero que justo ella no era para él.
Letra:
She says she’ll meet me at the square
outside of intergrill
where the should-have-beens
mix with the never-wills
Under a scattered sky,
Between a fate and free will
and I look into her eyes her eyes her eyes her eyes her eyes
are so dilated and still
[estribillo]
You’re a chemical girl
let’s call this chalice cup
I felt in love with you
as we were coming up.
But now that evening is disposed
along with amourous deceit.
Cause you’re a lovely girl
but just not for me
El maestro Sabina ha tardado en llegar a este blog porque tengo con él sentimientos encontrados. Hasta su disco en directo Nos sobran los motivos (2000), siempre me había encantado su música. Desde sus inicios con Javier Krahe y Alberto Pérez en la Mandrágora allá por el 81, sacando punta a la actualidad de la época, hasta su magnífico 19 días y 500 noches (1999). Pero a partir de entonces, no me ha vuelto a emocionar. Su voz ha ido evolucionando con el tiempo y la nicotina. Ha ganado en matices. De hecho, escuchándole como un auténtico pipiolo en Física y Química no parece el mismo Sabina de ahora.
Me ha costado mucho decidirme entre varias melodías. O Princesa o Calle Melancolía iban a ser las seleccionadas (qué grande el «Vivo en el número siete, calle Melancolía. Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría. Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía«). Pero me he terminado decantando por Y sin embargo por esa introducción que le hace Olga Román al más puro estilo Conchita Piquer que hace que se le pongan a una los pelos como escarpias. Esta combinación de canciones (Y sin embargo te quiero + Y sin embargo) apareció en el disco Nos sobran los motivos, aunque Y sin embargo fue publicada por primera vez en Yo, mi, me, contigo (1996).
Letra:
Me lo dijeron mil veces,
pero nunca quise poner atención.
Cuando llegaron los llantos
ya estabas muy dentro de mi corazón.
Te esperaba hasta muy tarde,
ningún reproche te hacía;
lo más que te preguntaba
era que si me querías.
Y bajo tus besos en la “madrugá”,
sin que tú notaras la cruz de mi angustia,
solía cantar:
Te quiero más que a mis ojos,
te quiero más que a mi vida,
más que al aire que respiro
y más que a la madre mía.
Que se me paren los pulsos
si te dejo de querer,
que las campanas me doblen
si te falto alguna vez.
Eres mi vida y mi muerte,
te lo juro, compañero,
no debía de quererte
no debía de quererte
y sin embargo te quiero.
(Cantada por Olga Román)
De sobra sabes que eres la primera,
que no miento si juro que daría
por ti la vida entera,
por ti la vida entera.
Y, sin embargo, un rato cada día,
ya ves, te engañaría
con cualquiera,
te cambiaría por cualquiera.
Ni tan arrepentido ni encantado
de haberme conocido, lo confieso.
Tú que tanto has besado
tú que me has enseñado,
sabes mejor que yo que hasta los huesos
sólo calan los labios
que no has dado,
los besos del pecado.
Porque una casa sin ti es una embajada,
el pasillo de un tren de madrugada,
un laberinto
sin luz ni vino tinto,
un velo de alquitrán en la mirada.
[estribillo]
Y me envenenan los besos que voy dando
y, sin embargo, cuando
duermo sin ti contigo sueño,
y con todas si duermes a mi lado,
y si te vas me voy por los tejados
como un gato sin dueño
perdido en el pañuelo de amargura
que empaña sin mancharla tu hermosura.
No debería contarlo y, sin embargo,
cuando pido la llave de un hotel
y a media noche encargo
un buen champán francés
y cena con velitas para dos,
siempre es con otra, amor,
nunca contigo,
bien sabes lo que digo.
Porque una casa sin ti es una oficina,
un teléfono ardiendo en la cabina,
una palmera
en el museo de cera,
un éxodo de oscuras golondrinas.
[estribillo]
Y cuando vuelves hay fiesta
en la cocina
y bailes sin orquesta
y ramos de rosas con espinas,
pero dos no es igual que uno más uno
y el lunes al café del desayuno
vuelve la guerra fría
y al cielo de tu boca el purgatorio
y al dormitorio
el pan de cada día.
La canción de hoy es especial porque viene marcada por el día. Como dice la melodía incluso los mejores caen a veces, incluso las estrellas se niegan a brillar. Ha pasado ya un año y me niego a recordarte porque eso es para los que han olvidado.
Volviendo al plano musical, esta balada es obra de Howard Kern Day, un cantautor americano conocido por su do it yourself: en el escenario él solito monta el espectáculo con samplers y pedales de efectos. En el negocio también se valió para autofinanciarse y sacar al mercado su primer disco, Australia (2000). Collide pertenece a su segundo álbum Stop All the World Now (2004) y ha aparecido en numerosas series: Scrubs, Urgencias, Bones, Caso Abierto, Smallville, Lost, Anatomía de Grey, …
Letra:
The dawn is breaking
A light shining through
You’re barely waking
And I’m tangled up in you
Yeah
I’m open, you’re closed
Where I follow, you’ll go
I worry I won’t see your face
Light up again
Even the best fall down sometimes
Even the wrong words seem to rhyme
Out of the doubt that fills my mind
I somehow find
You and I collide
I’m quiet and you know
You make a first impression
I’ve found I’m scared to know I’m always on your mind
Even the best fall down sometimes
Even the stars refuse to shine
Out of the back you fall in time
I somehow find
You and I collide
Even the best fall down sometimes
Even the wrong words seem to rhyme
Out of the doubt that fills your mind
You finally find
You and I collide
You finally find
You and I collide
You finally find
You and I collide
Me apasionan las canciones milversionadas. Conocer todos los matices y giros que les han ido agregando los diferentes artistas que las han interpretado a lo largo del tiempo es una delicia. Y esta melodía es un estandarte de los EEUU que ha pasado por la garganta de monstruos de la talla de Elvis Presley, Bob Dylan, Israel Kamakawiwo’ole, Van Morrison, Patricia Barber, Michael Bublé, Jann Arden, … Ni que decir tiene que a su vez ha aparecido en innumerables películas y series: La boda de mi mejor amigo (aquí es donde la descubrí yo), Postales desde el filo (donde la mismísima Meryl Streep se atrevía a cantarla), Anatomía de Grey, Cómo conocí a vuestra madre, …
Fue escrita por Eddy Arnold y Cindy Walker en 1955 pero yo me voy a quedar con la versión hecha por este dueto de genios del jazz de diferentes épocas: Ray Charles y Diana Krall. Está en el disco Genius Love Company (2004), el último que grabó con vida el padre del soul.
Os propongo un juego: ir recogiendo en este post todas las versiones que encontréis de esta melodía. No habrá premios, sólo la satisfacción de escuchar esta canción una y otra vez 😉
Letra:
You give your hand to me
And then you say hello
I can hardly speak
My heart is beating so
And anyone can tell
You think you know me well
But you don’t know me
Oh you don’t know the one
That thinks of you at night
Who longs to kiss your lips
And yearns to squeeze you tight
No I’m just a friend
That’s all I’ve ever been
You just don’t know me
[estribillo]
I never knew the art of making love
Though my heart aches with love for you
Afraid and shy, I let my chance go by
The chance that you might love me too
You give your hand to me
And then you say goodbye
I watch you walk away
Beside the lucky guy
You’ll never, never know
The one who loves you so
You just don’t know me
[estribillo]
You give your hand to me
And then you say goodbye
I watch you walk away
Beside the lucky guy
Who’ll never, never know
The one who loves you so
You just don’t know me
You’ll never, ever know
The one who loves you so
you just don’t know me
Hay canciones que sin palabras son capaces de transmitir mucho. Es el caso de esta obra de Fatboy Slim. Al escucharla sabes que acompañará siempre una situación cumbre gracias a esos sintetizadores que tan bien maneja el DJ inglés. Apareció por primera vez en 1999 en el álbum You’ve Come a Long Way, Baby. El arranque simplemente me pone los pelos de punta.
No pongo letra, porque lo único que se dice (al menos con palabras 😉 ) es el título de la canción: right here, right now. Eso y Waking up to find your love’s not real. La voz femenina corresponde a la actriz estadounidense Angela Bassett.
Interesante la evolución del hombre que muestra el videoclip: