El maestro Sabina ha tardado en llegar a este blog porque tengo con él sentimientos encontrados. Hasta su disco en directo Nos sobran los motivos (2000), siempre me había encantado su música. Desde sus inicios con Javier Krahe y Alberto Pérez en la Mandrágora allá por el 81, sacando punta a la actualidad de la época, hasta su magnífico 19 días y 500 noches (1999). Pero a partir de entonces, no me ha vuelto a emocionar. Su voz ha ido evolucionando con el tiempo y la nicotina. Ha ganado en matices. De hecho, escuchándole como un auténtico pipiolo en Física y Química no parece el mismo Sabina de ahora.
Me ha costado mucho decidirme entre varias melodías. O Princesa o Calle Melancolía iban a ser las seleccionadas (qué grande el «Vivo en el número siete, calle Melancolía. Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría. Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía«). Pero me he terminado decantando por Y sin embargo por esa introducción que le hace Olga Román al más puro estilo Conchita Piquer que hace que se le pongan a una los pelos como escarpias. Esta combinación de canciones (Y sin embargo te quiero + Y sin embargo) apareció en el disco Nos sobran los motivos, aunque Y sin embargo fue publicada por primera vez en Yo, mi, me, contigo (1996).
Letra:
Me lo dijeron mil veces,
pero nunca quise poner atención.
Cuando llegaron los llantos
ya estabas muy dentro de mi corazón.Te esperaba hasta muy tarde,
ningún reproche te hacía;
lo más que te preguntaba
era que si me querías.Y bajo tus besos en la “madrugá”,
sin que tú notaras la cruz de mi angustia,
solía cantar:Te quiero más que a mis ojos,
te quiero más que a mi vida,
más que al aire que respiro
y más que a la madre mía.Que se me paren los pulsos
si te dejo de querer,
que las campanas me doblen
si te falto alguna vez.Eres mi vida y mi muerte,
te lo juro, compañero,
no debía de quererte
no debía de quererte
y sin embargo te quiero.(Cantada por Olga Román)
De sobra sabes que eres la primera,
que no miento si juro que daría
por ti la vida entera,
por ti la vida entera.
Y, sin embargo, un rato cada día,
ya ves, te engañaría
con cualquiera,
te cambiaría por cualquiera.Ni tan arrepentido ni encantado
de haberme conocido, lo confieso.
Tú que tanto has besado
tú que me has enseñado,
sabes mejor que yo que hasta los huesos
sólo calan los labios
que no has dado,
los besos del pecado.Porque una casa sin ti es una embajada,
el pasillo de un tren de madrugada,
un laberinto
sin luz ni vino tinto,
un velo de alquitrán en la mirada.[estribillo]
Y me envenenan los besos que voy dando
y, sin embargo, cuando
duermo sin ti contigo sueño,
y con todas si duermes a mi lado,
y si te vas me voy por los tejados
como un gato sin dueño
perdido en el pañuelo de amargura
que empaña sin mancharla tu hermosura.No debería contarlo y, sin embargo,
cuando pido la llave de un hotel
y a media noche encargo
un buen champán francés
y cena con velitas para dos,
siempre es con otra, amor,
nunca contigo,
bien sabes lo que digo.Porque una casa sin ti es una oficina,
un teléfono ardiendo en la cabina,
una palmera
en el museo de cera,
un éxodo de oscuras golondrinas.[estribillo]
Y cuando vuelves hay fiesta
en la cocina
y bailes sin orquesta
y ramos de rosas con espinas,
pero dos no es igual que uno más uno
y el lunes al café del desayuno
vuelve la guerra fría
y al cielo de tu boca el purgatorio
y al dormitorio
el pan de cada día.[estribillo]